17
23
Kakku, sorprendentemente alejado de los itinerarios turísticos tradicionales, es la más asombrosa y loca colección de estupas del mundo. Unas 2500, de todas las antigüedades, tamaños y estilos, se agolpan en un espacio relativamente reducido… y en la más absoluta soledad. Unas son sencillas, otras están profusamente decoradas.
Paseando entre ellas uno no puede por menos que sentir perplejidad ante las cosas tan extremas y peculiares que a veces construimos los humanos con tiempo y tesón. Deambular sin rumbo por el laberinto que forman es una experiencia casi surrealista, acrecentada por la ausencia de visitantes y la omnipresencia de los únicos sonidos del lugar; el rumor del viento y el tintineo de los cascabeles que penden de los pináculos que, al ser mecidos, preñan el ambiente y completan la sensación de irrealidad.
Ni el cielo, uniforme y plomizo, ni la luz, gris y aburrida, acompañaban a mis intenciones fotográficas… solo al final, con el sol casi poniéndose, el horizonte se abrió, bañando de luz naranja las estupas y ofreciendo un espectáculo extraño sobre un telón gris tormentoso.
Paciencia, siempre paciencia… tuya y de los que te acompañan 😉
21
Los Nat son unos espíritus Birmanos, previos al budismo, que han sido integrados en la versión de esta religión que impera en el país. En lo alto del Monte Popa, un cuello volcánico cilíndrico, está el monasterio Popa Taungkalat, hogar espiritual de los Nat.
Desde una montaña vecina la vista es impresionante, siempre cambiante bajo la activa meteorología Birmana. Sentarse tranquilamente a ver pasar las nubes y los aguaceros sobre tan singular paraje mientras el sol se pone fue un placer singular. Espero que las fotografías lo reflejen.
16
Sobre el Lago Taungthaman, en las afueras de Mandalay, cruza el puente de Teca más largo del mundo. Con la puesta de sol, los monjes y lugareños pasean de forma relajada, las parejas se hacen fotos y los niños se tiran al agua haciendo piruetas. El lugar trasmite una paz y un sosiego que contrastan con la locura y la contaminación de la cercana ciudad.
Y aquí también el juego se repite… tu eres tan fotografiado -generalmente con un móvil chino en el que apenas se ve nada- como fotógrafo. Paz, risas y aire fresco antes de atreverse de nuevo con Mandalay
04
20
Nada más aterrizar en Yangón una ola de Asia te explota en la cara; humedad, olores, calor, lluvia torrencial, calles inundadas hasta la rodilla, atascos inverosímiles… y por encima de todo eso, casi inexplicablemente, la afabilidad y la sonrisa permanente de la gente.
Visitar Birmania es una experiencia intensa, pues aunque el país está cambiando rápidamente, aún conserva su personalidad casi intacta. Para un fotógrafo es poco menos que un paraíso, aunque confieso que en este viaje han faltado días en las zonas más remotas. Quizás esta vez hemos seguido demasiado “la guía” pero, aún así, ha sido maravilloso. La gente es increíblemente amable, y nunca reniegan de hacerse una foto… es más, a menudo, tu te conviertes en el fotografiado con su móvil, algo que convierte el asunto en un juego aún mas divertido.
Como a todo el mundo al que le hago una foto, recuerdo exactamente a la chica que encabeza esta entrada y la conversación por gestos que tuve con ella. Esta memoria selectiva y misteriosa contrasta con mi horrible capacidad de retención para otros temas. Estábamos en el interior de uno de los miles de templos de Bagán, y ella era una turista, como yo, pero Birmana. Al verla no pude por menos que pedirle permiso para una foto… por el resultado coincidiréis conmigo que es difícil imaginar a alguien más elegante y hermoso.
Creo que es Asia condensada en una mirada.
Comentarios recientes